En el Japón de 1987, los ninjas ya están muy vistos. Cosa que no quita para que sigan estando muy presentes. Pero este invento de los bárbaros parece interesante para intentar trasladar su imaginería a una recreativa.
Taito fue quien afiló la espada y desempolvó el taparrabos para traernos al bárbaro por antonomasia de los salones recreativos. Muy reminiscente de Conan, hasta el punto de que en el attract mode de su propia máquina lo vemos sentado ya viejo en un trono mencionando que un día llegó a ser rey, Rastan era un bárbaro de reglamento que venía con el kit completo.
Rastan Saga II, también llamado Nastar Warrior, no tiene prácticamente nada de lo que hizo legendario a su antecesor solo año y pico antes. Sí, su protagonista sigue ahí, pero es irreconocible. En esta ocasión su propósito es escapar del yugo del “Grupo Malvado”, como se hacen llamar los villanos del juego en un ejercicio de autocrítica loable.
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